- Foto vía theaucitron - |
Go: cómo estudiar la guerra
La historia de la guerra es tan antigua como la historia de la propia humanidad. Desde el momento que el primer hombre lanzó la primera piedra contra su semejante -mucho antes incluso de comenzar a afilar una punta de madera en forma de lanza- ya se usó el primer arma para sobrevivir, para adquirir poder o para algún otro beneficio.
Al principio perduraba el más fuerte. La mayor masa muscular decidía quien vivía o quien moría. Quién era sometido y quién no. Pero la aparición de las armas y su progresiva sofisticación fueron desplazando la fuerza bruta por conocimiento y habilidad. Ahora sobrevivía el que tenía mejores armas y el que mejor las usaba. La superioridad intelectual comenzó a tener un gran peso en el arte de la guerra.
Como dijo el general y filósofo Sun Tzu en su clásico El Arte de la Guerra, "si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro". El conocimiento del problema es la clave de la solución. Había que estudiar la guerra, y la mejor forma era recrearla en un entorno cerrado, seguro y reproducible. Y por qué no, seguir también el consejo del movimiento de los cuerpos celestes que con tanta atención estudiaban los sabios y que parecían indicar el destino de la vida de los hombres.
- Foto vía Peter Lee - |
4000 años de antigüedad
El primer tablero de Go debió surgir hace 4000 años aproximadamente en el Tíbet o en China, aunque no como lo conocemos actualmente. Estos sabios astrólogos quizás dibujaron primero en el suelo -y después sobre una tabla de madera- las coordenadas celestiales sobre la que colocaron piedras para situar las estrellas. Un rudimentario mapa celestial con el que augurar y aconsejar al gobernante. Pero si buscamos en la dualidad universal del yin y yang, debemos concebir una realidad formada por opuestos que se complementan mutuamente. Lo que hay en el cielo también lo hay en la tierra. Basta con elegir dos tipos diferentes –forma o color- de piedras para enfrentar a dos ejércitos sobre un tablero.
Se cree que ya adquiere cierta popularidad –aunque en una versión rudimentaria- durante la dinastía Zhou (1050 – 256 a.C.), que fue una época de un gran avance cultural y político. En este periodo tenemos la primera referencia al juego escrita que nos la da Confucio en sus Analectas. La forma de llamar al juego en aquella época es yì. Actualmente se conoce en China como weiqi, que se podría traducir como “el cercado”, ya que el objetivo del juego es de cercar o rodear territorios entre dos contrincantes. En Corea se le llama baduk y en Japón igo.
- Foto vía Okinawa Soba - |
“Chin, chi, shu, jua”, es decir, tocar algún instrumento musical, jugar al Go, escribir con buena caligrafía y saber pintar algún cuadro eran las cuatro artes básicas a dominar en la antigua China por todo erudito. Un arte que fue siempre de clases intelectuales y gobernantes, además de juego favorito de militares, por su parecido y semejanza a la guerra. Alrededor del año 220 d.C. se decía que el yì tenía 17 líneas verticales y 17 líneas horizontales. Unos 600 años después, al final de la dinastía Tang ya se menciona con su forma moderna, 19 líneas verticales y 19 horizontales, con unas reglas que prácticamente permanecen constantes hasta hoy. En esa época el juego ya se había propagado a Corea y Japón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.