Vista satélite del lago de Toba en Sumatra, donde hace 73.000 años explotó el supervolcán que casi acaba con nuestra especie - Foto vía NASA Landsat7 - |
7 años de invierno volcánico
Con una potencia 3000 veces superior a la erupción de Monte Sana Helena en 1980, hace 73.000 años el supervolcán del Lago Toba explosionó dejando una caldera de 100 kilómetros de larga por 30 kilómetros de ancha y 505 metros de profundidad. De hecho, el Lago Toba es el lago volcánico más grande del mundo y se han encontrado restos de aquella explosión hasta en la India, a 3000 kilómetros de distancia.
Se estima que su índice de explosividad volcánica (conocida como ultra-pliniana) fue de nivel 8, la máxima que existe en la escala y de las que sólo ha habido 4 en el último millón de años. Se expulsaron 2.800 km3 de material durante dos semanas de intensa actividad volcánica que acabó directamente con la vida en varios cientos de kilómetros a la redonda y puso en peligro al resto de especies a nivel global, ya que el invierno volcánico que produjo pudo durar entre 6 y 7 años en los que la temperatura global bajó una media de 3-3,5ºC. Esto supuso una bajada de 15ºC en las zonas templadas, un cambio radical capaz de acabar con muchas especies.
Se estima que sólo sobrevivieron entre 1.000 y 10.000 parejas de humanos a la catástrofe de Toba - Foto vía QUO - |
Entre 10.000 y 1000 parejas sobrevivientes
La hambruna que produjeron esos 6-7 años de invierno volcánico afectó al 75% de las especies vivas sobre el planeta, incluyendo las humanas. Esto se llama "cuello de botella", que en biología es cuando una especie padece una radical disminución en el número de sus miembros y los pocos sobrevivientes son los que perpetúan la especie creando una baja variabilidad genética.
Los estudios genéticos sugieren que todos los humanos provenimos de un mismo tronco perteneciente a una población muy pequeña. Algunos genetistas estiman que este pequeño grupo puede remontarse a la época inmediata tras la catástrofe de Toba, basándose en tasas promedio de mutación genética.
El "cuello de botella" biológico producido en los humanos de la época y según la diversidad genética de nuestra especie se estima que implicó que sólo sobrevivieron entre 1.000 y 10.000 parejas en edad reproductora. Una vez pasado el invierno volcánico, los humanos supervivientes y sus descendientes se expandieron desde África a Oriente medio y posteriormente a todo el globo.
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