Tras 36 años de vuelo la sonda Voyager 1 se desplaza a 17 km/s y se ha alejado 17 horas-luz de la Tierra - Foto vía Nasa Blueshift - |
Un viaje de 77.000 años
Pero si quisiéramos viajar al planeta extrasolar más cercano conocido tendríamos que dirigirnos a la estrella Alfa Centauri B, una estrella a 4,37 años luz de distancia del tipo enana naranja (algo más pequeña que el Sol) que tiene -al menos- un planeta orbitándola llamado Alfa Centauri Bb. Si viajáramos a la velocidad que se desplaza la sonda Voyager 1, tardaríamos más de 77.000 años en llegar. Y aun así Alfa Centauri Bb es un planeta con una temperatura superficial que durante el día supera los 1.200ºC, por lo que no parece ser un destino con posibilidad de encontrar vida (a falta de descubrir otros planetas en la zona).
Si queremos extender nuestro viaje al planeta extrasolar más cercano y parecido a la Tierra detectado (y por tanto con posibilidades de vida) tendríamos que viajar hasta Kepler 62e, el planeta más similar a la Tierra encontrado y que se cree está cubierto de agua, pero que dista la nada despreciable cantidad de 1200 años luz de la Tierra. Un trayecto a la velocidad de la Voyager 1 tardaría más de 2 millones de años en llegar.
Por tanto tenemos que buscar otro candidato más viable y el planeta más cercano y con similitud a la Tierra (aunque menos que Kepler 62e) es Tau Ceti e a "tan solo" 12 años luz. A nuestra velocidad de 17 km/s tardaríamos 211.000 años en llegar.
Kepler 62e es un planeta muy similar a la Tierra e interesante para visitar, pero se encuentra tan lejos que a la velocidad de la sonda Voyager 1 tardaríamos 2 millones de años en llegar - Foto vía Nasa Kepler - |
Objetivo: 10% de la velocidad de la luz
Por tanto todas la opciones pasan por aumentar la velocidad de crucero si queremos alcanzar en el futuro un destino interestelar. Si lográramos viajar a 10.000 km/s (588 veces más rápido que la Voyager 1) nuestro viaje a Alfa Centauri Bb duraría "tan solo" 131 años. Un tiempo que sigue pareciendo excesivo siempre que hablamos de superar de lejos la vida media de una persona. Damos un salto hacia delante y nos proponemos viajar a 30.000 km/s. A esta increíble velocidad (un 10% de la velocidad de la luz) tardaríamos algo más de 43 años en llegar al sistema Centauri.
43 años es un cifra de tiempo aceptable dentro de este tipo de viajes interestelares, aunque tendría una primera imposición, que es la de un viaje no tripulado. La sonda -al igual que las Voyager- deberán ser no tripuladas lo que simplificaría mucho el proyecto. Pero el requisito principal es encontrar el tipo de propulsión capaz de alcanzar el 10% de la velocidad de la luz. Lo primero es descartar la propulsión química tradicional usada por los cohetes, ya que para alcanzar los 3.000 km/s (un 1% de la velocidad de la luz) serian necesarios 1026 kg de combustible por cada kilogramo de masa de la nave, lo que equivaldría a llevar la masa de todo el planeta Saturno sólo de combustible.
Por tanto hay que considerar otras alternativas de propulsión para los viajes interestelares la cuales ya se están estudiando y de las que hablaremos en el post de mañana.
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