lunes, junio 24

El océano Atlántico desaparecerá en 220 millones de años

El movimiento de los continentes en nuestro planeta es algo lento pero constante, ya que descansan sobre placas tectónicas que se mueven sobre el manto terrestre. Hace 200 millones de años todos los continentes actuales estaban unidos en un supercontinente llamado Pangea, pero mucho antes hubo otro llamado Pannotia y antes otro llamado Rodinia. Es un ciclo se seguirá repitiendo y se estima que en 220 millones de años un nuevo supercontinente llamado Amasia (de la fusión de América y Asia) surgirá dominando toda la Tierra emergida del planeta y estará centrado en el polo norte.
Pero una grieta recién descubierta por los geólogos parece que puede tirar de Norteamérica y Europa hasta unirlos haciendo desaparecer el océano Atlántico.

Recreación de el nuevo supercontiente Amasia dentro de 200 millones de años
- Foto vía Paleos -


Un nuevo Himalaya

Los nuevos mapas del fondo marino cercanos a la península ibérica han puesto de manifiesto lo que podría ser el nacimiento de una nueva zona de subducción, es decir, el hundimiento de una placa bajo otra. Cuando dos placas chocan, el borde menos denso se desliza bajo el más denso, fundiéndose de nuevo con la capa bajo el manto terrestre.

El descubrimiento de esta nueva zona de subducción podría significar el comienzo de un nuevo ciclo que termine cerrando el océano Atlántico mediante la unión de Norteamérica y Europa. El choque entre ambos continentes produciría nuevas cadenas montañosas similares al Himalaya. Esta nueva zona descubierta se encuentra a unos 200 kilómetros al suroeste de la costa de Portugal y se compone de seis segmentos distintos que abarcan un total de unos 300 km. Esto es en realidad una grieta recién formada en la placa euroasiática (de un total de 12 placas que hay por todo el globo), lo que hace que la placa de Eurasia se esté partiendo en dos.

- Foto vía Mosingenieros -

También desaparece el Mediterráneo

Los científicos llevan años sospechando de esta nueva zona de subducción por la alta actividad sísmica de la zona que incluye el terrible terremoto en 1755 de 8,7 grados que devastó Lisboa. Por ello se llevan más de 20 años mapeando el fondo marino en busca de ésta nueva factura en la placa tectónica. Mediante la combinación de toda la información existente de diversos estudios de cartografía se creó un nuevo y completo mapa tectónico de las costas portuguesas que ha dado la primera prueba concluyente de que el fondo marino en esta zona está empezando a romperse y que el embrión de la nueva zona de subducción está gestándose.
Y no sólo significará la desaparición del océano Atlántico, sino que algunos estudios han indicado que la actividad geológica cerrará también el mar Mediterráneo uniendo África con Eurasia.

Por fin localizada la zona de subducción se estudiará con detenimiento la corteza y el fondo marino y se crearán modelos informáticos que predigan su comportamiento.

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